Llevar tirantes
Ventajas y dificultades de llevar tirantes
El uso de tirantes ha conocido, en el último medio siglo, un fuerte retroceso, a la par que crecía el del cinturón. Sería, sin embargo, injusto desconocer las ventajas o posibilidades de los tirantes, aunque tampoco deban desconocerse inconvenientes de distinto tipo. Entre los primeros cuentan que, al suspender de los hombros los pantalones, aseguran la posición de los mismos y evitan su descolocación, por más que ésta, al sentarse, puede producirse para persona poco habituada; también resulta muy positivo que acentúan la verticalidad y alargan la figura. Subrayemos asimismo que, en determinadas circunstancias o con ciertos trajes, el empleo de tirantes es necesario o, cuando menos, recomendable: es, por ejemplo, el supuesto de vientre prominente, que el cinturón no hará sino resaltar , al tiempo que puede ceñir de manera molesta, produciendo opresión. También en trajes de etiqueta, la posibilidad de abotonar tirantes debe ser prevista en un buen chaqué, y resulta imprescindible, por la brevedad del chaleco, en el frac.
Inconveniente no desdeñable es, en dominio mediterráneo, durante primavera avanzada, verano o comienzos de otoño, el calor que los tirantes añaden en los hombros; o la nada estética visualización de los mismos con una chaqueta fina o bajo un suéter. En suma, no todo son ventajas, pero algunas, indudables, no debieran ser minimizadas. Por supuesto, nos referimos, en todo caso, a tirantes tradicionales, de excelente box-cloth, como los que ofertan las mejores camiserías y sastrerías londinenses. En la foto, tirantes de Brooks Brothers.
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