Personajes Elitistas: Anton Wolfgang von Faber-Castell
Personajes Elitistas: el conde Anton Wolfgang von Faber-Castell
Prócer de notoria distinción y elegancia, enteramente acorde con los productos de su apellido, con lápices y plumas de madera como artículos emblemáticos, es el conde Anton Wolfgang von Faber-Castell, presidente ejecutivo del grupo de empresas de esa denominación, cuyo gobierno se ha transmitido de padres a hijos de durante ocho generaciones y dos siglos y medio. Al actual conde, que sucedió a su padre treinta años atrás, se debe un vigoroso impulso a las actividades del grupo Faber-Castell, que ha conocido, luego de una profunda reestructurción y ampliación de su oferta de artículos, una expansión sin precedentes en los últimos lustros, desde Estados a Unidos a Extremo Oriente.
Difícilmente se podría encontrar una imagen más idónea para una razón social de tanta tradición y prestigio que la del propio conde, penúltimo eslabón de un antiguo linaje, cuyo solar es el impresionante castillo bávaro de Stein. Al título nobiliario, a la aristocracia heredada, añade Anton Wolfgang von Faber-Castell la de espíritu, que impregna sus hábitos pautas de comportamiento, inspiradas en su honda sensibilidad social y continua preocupación por la conservación del medio, baste recordar en este último aspecto, su política de reforestación o, incluso, su decisión de emplear madera de esta procedencia para la fabricación de sus célebres lápices, plumas y bolígrafos, entre un sinfín de artículos de la marca Faber-Castell.
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Etiquetas: Personajes Elitistas
3 Comments:
En lo de los lápices, estamos de acuerdo pero discrepo en las plumas. Las plumas Faber, aunque algunas de ellas tienen un bonito diseño y todas están hechas con materiales estupendos, no son en mi opinión buenas plumas. Son bonitas. Los lápices, y las lapiceras, además de bonitos son muy, muy buenos.
Si, seguramente los lápices sean su fuerte.
Resulta que esta familia era tremendamente rica, tenía un producto estrella que era la regla de calcular (el antecedente de la calculadora) que se ha estdo usando hasta hace apenas 40 años. Cuando empezaron las calcularoras, el jefe de la familia decidió no entrar en ese secto porque creía que no sería negocio en la vida. Espero que hayan apreniddo algo además de a vestir bien. En general la ropa alemana no me gusta, demasiado recta ¿no?
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