Palacio de Miramar
El Palacio de Miramar en San Sebastián
El veraneo regio en el Cantábrico fue iniciado por la reina Isabel II, que se hallaba precisamente en Zarauz cuando se produjo la Revolución de Septiembre de 1968 y su destronamiento; pero la Familia Real no dispuso de residencia propia y adecuada hasta 1886, cuando, ya fallecido Alfonso XII, la Reina Regente Mª Cristina de Habsburgo-Lorena, dispuso del recién construido Palacio de Miramar, propiedad privada de la Familia Real hasta su enajenación en la segunda mitad del siglo XX.
Con privilegiado emplazamiento sobre la bahía de La Concha, las obras de Miramar fueron dirigidas por el arquitecto donostiarra José Goicoa, con planos del famoso arquitecto inglés Selden Wornum. Se trata de un palacio campestre de fachada neogótica, al estilo de los magníficos cottages edificados por la aristocracia victoriana. Consta de tres pisos: planta baja, destinada a salones, comedor, biblioteca y sala de billar; planta principal, con las habitaciones de la Familia Real y damas de la reina; y, por último, un segundo piso para la servidumbre. En el parque, exenta, radica la denominada Casa de Oficios, con dos plantas, que alberga las cocinas y otras dependencias.
Miramar fue la residencia estival de la Familia Real en el Cantábrico, de forma exclusiva, hasta 1911, en que alternó con el palacio santanderino de La Magdalena.
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