Aguaceros otoñales mediterráneos
Los aguaceros otoñales mediterráneos
A veces la precipitación cae con tal intensidad en la vertiente mediterránea española que los verbos "diluviar" o "jarrear", cuya acepción es la de llover copiosamente, resultan insuficientes para describir el aguacero, ya que entonces llueve a mares, se dice, significativa y gráficamente, que se abren las cataratas del cielo. En el intervalo de pocas horas pueden excederse e incluso duplicarse, con creces, la precipitación media anual. La perniciosidad de estos aguaceros y trombas depende ampliamente de la concentración horaria de la lluvia.
El calendario de lluvias catastróficas en el espacio indicado muestra una notoria concentración de las mismas en los meses otoñales, entre mediados de septiembre y similares fechas de noviembre, con ápice en octubre, transcurre el periodo de máximo riesgo. El comportamiento térmico de las aguas mediterráneas constituye la premisa indispensable, el requisito imprescindible, que, conjugado de forma primordial, si bien no exclusiva, con las irrupciones de aire frío en altitud, confiere primacía destacada, en estas tierras, al otoño en los aguaceros de excepcional violencia, riadas colosales y desastrosas inundaciones.
Los mapas de isotermas marinas superficiales suelen mostrar, en coincidencia con estas lluvias torrenciales, temperaturas relativamente altas frente a las áreas afectadas. Condiciones térmicas de esa índole propician que el mar transfiera al aire enormes cantidades de vapor de agua, es decir, de agua y energía latente, condiciones necesarias para lluvias muy copiosas y de excepcional intensidad horaria.
Información relacionada con Aguaceros otoñales mediterráneos:
- Gota fría
- Gota fría y diluvio
- Inundación Valencia 1957
A veces la precipitación cae con tal intensidad en la vertiente mediterránea española que los verbos "diluviar" o "jarrear", cuya acepción es la de llover copiosamente, resultan insuficientes para describir el aguacero, ya que entonces llueve a mares, se dice, significativa y gráficamente, que se abren las cataratas del cielo. En el intervalo de pocas horas pueden excederse e incluso duplicarse, con creces, la precipitación media anual. La perniciosidad de estos aguaceros y trombas depende ampliamente de la concentración horaria de la lluvia.
El calendario de lluvias catastróficas en el espacio indicado muestra una notoria concentración de las mismas en los meses otoñales, entre mediados de septiembre y similares fechas de noviembre, con ápice en octubre, transcurre el periodo de máximo riesgo. El comportamiento térmico de las aguas mediterráneas constituye la premisa indispensable, el requisito imprescindible, que, conjugado de forma primordial, si bien no exclusiva, con las irrupciones de aire frío en altitud, confiere primacía destacada, en estas tierras, al otoño en los aguaceros de excepcional violencia, riadas colosales y desastrosas inundaciones.
Los mapas de isotermas marinas superficiales suelen mostrar, en coincidencia con estas lluvias torrenciales, temperaturas relativamente altas frente a las áreas afectadas. Condiciones térmicas de esa índole propician que el mar transfiera al aire enormes cantidades de vapor de agua, es decir, de agua y energía latente, condiciones necesarias para lluvias muy copiosas y de excepcional intensidad horaria.
Información relacionada con Aguaceros otoñales mediterráneos:
- Gota fría
- Gota fría y diluvio
- Inundación Valencia 1957
Labels: Clima
0 Comments:
Post a Comment
<< Home